Cuenta la leyenda que, en su camino a Granada, la reina Isabel se detuvo a descansar en algún paraje del valle del río Guadalquivir a las afueras de Úbeda. En ese lugar que es hoy la finca familiar y bautizada como “La Católica” en a honor a ella, comienza la historia del legado, cuando D. José (Pepe) Anguís Acosta comenzó a cultivar esta tierra de olivos hace más de cincuenta años.